Hermana María del Sagrado Corazón Bernard VSM
Cuando Nuestro Señor inspiró a la vidente de Paray-le-Monial la misión de promover en el universo entero el culto de su Divino Corazón, precisó en términos indiscutibles cómo entendía que se practicase este culto diciéndole entre otras cosas:
Tengo un singular placer en ver mi amor honrado bajo la figura de un corazón de carne. Deseo que su imagen se exponga en publico a fin de conmover el corazón insensible de los hombres.
Y añadió: en todos los lugares donde esta esta imagen sea impuesta para ser singularmente honrada atraerá toda suerte de bendiciones.
Respondiendo a este llamamiento, la hermana María del Sagrado Corazón Bernaud VSM, por inspiración del mismo Sagrado Corazón y retomando las palabras dirigidas a Santa Margarita María Alacoque al fundar la Guardia de Honor toma por estandarte un cuadrante horario formado por doce estrellas teniendo en el centro la imagen del Sagrado Corazón de Jesús herido por la lanza con este lema: ¡Gloria, Honor, Reparación!
La Hermana María del Sagrado Corazón fue un instrumento que escogió el Redentor para expandir por todo el mundo la devoción al Sagrado Corazón, desde los monasterios de la Visitación. Cincuenta años después de la encíclica Haurietis aquas, y con la Deus caritas est todavía fresca, escribe Velasco que «un mensaje central para nuestros días, dramáticos y maravillosos a un tiempo, es el de la ineludible necesidad de la Misericordia divina, como benéfica fuerza de Dios, como límite divino contra el mal del demonio, del mundo y de la carne, que siguen siendo, por mucho que tantos quieran esconderlos y a tantos otros parezca habérseles olvidado, los enemigos del alma, como nos enseña el Catecismo». La devoción al Sagrado Corazón es la respuesta, porque sintetiza lo esencial de nuestra fe. El acierto del autor es ser capaz de presentárnosla de forma atractiva y actual, huyendo de toda concesión a la sensiblería. Es una aproximación viril, podría decirse. En el mejor sentido de la palabra.
Su principal exigencia para todos y cada uno de nosotros es la urgencia de una vuelta a un cristianismo entendido y vivido, ante todo, en la clave del amor que da la vida. El lema que la Fundadora encuentra para la Guardia de Honor del Sagrado Corazón de Jesús es ¡Gloria! ¡Amor! ¡Reparación!: una nueva, original y espléndida manera de adorar, honrar y reparar al Sagrado Corazón de Cristo, para consolarle en su abismo de amor incomprendido». Ésa es la propuesta para el mundo de hoy, sí, con todo lo que está cayendo.